Lavar, secar y deshuesar las
cerezas. Triturar las frutas hasta obtener una crema fina. Colar.
Poner la gelatina a remojo en agua fría para que ablande. Batir 3 yemas de huevo con 150g de azúcar, hasta que la mezcla blanquee y espese. Mezclar la crema de yemas con el puré de frutas. Fundir la gelatina en un poco de agua caliente, dejar entibiar y añadirla al puré de fruta. Montar la nata con el azúcar restante e incorporarla a la crema de frutas. Por último, añadir las claras a punto de nieve. Verter la preparación en moldes individuales, y dejar que cuajen en el frigorífico unas 6 horas antes de volcar en los platos.