Pon la carne en una fuente para el horno, añade sal, perejil, pimienta, ajo picado y una pizca de canela. Añade 2 cucharadas de leche, el zumo de
limón, la yema de huevo y haz una pasta. Corta las
cebollas transversalmente por la parte superior y vacíalas. Rellena cada
cebolla con una pelota de carne, glasea la superficie con clara de huevo batida y rebózala. Pon aceite a calentar en una sartén y fríe la superficie de las
cebollas. Pon las cebolas en una cazuela. Fríe algo de
cebolla picada hasta que esté dorada. Luego añade 2 cucharadas de harina y 3 cucharaditas de vino. Viértelo en la cazuela y añade algo de agua hasta que cubra las
cebollas. Sazónalas al gusto y hiérvelas hasta que estén tiernas. Para acabar, cuece las
cebollas en el horno durante unos 10 minutos y sirve.