Lavar las
cerezas, escurrirlas, retirar los huesos y los pedúnculos. Poner la fruta en un cuenco alternando capas de azúcar y de fruta, terminando con una capa de azúcar. Tapar con un paño y dejar macerar en lugar fresco 24 horas. Pasar la fruta macerada a una cazuela esmaltada y calentar mezclando con una cuchara de madera. Cuando hierva la superficie, contar 3 minutos y retirar del fuego. Tapar con un paño y dejar reposar 24 horas. Al día siguiente, poner la confitura al fuego y cocer 5 minutos. Retirar las
cerezas con una espumadera y pasarlas a los botes esterilizados. Reducir el almíbar al fuego 15 minutos, echarlo sobre las
cerezas y cerrar inmediatamente los botes. Si tienen tapa metálica, ponerlos boca abajo, dejar enfriar, etiquetar y almacenar.