Beneficios para la salud
Nutricionalmente, la patata es una buena fuente de energía (75kcal/100g). Al ser consumida como alimento básico también aporta una proporción alta de folato, vitamina C, tiamina (B1), potasio y hierro, a la vez que contribuye de manera importante a la ingesta de proteínas. De hecho, si se consume suficiente cantidad de patatas como para satisfacer las necesidades energéticas se obtendrá un volumen equilibrado de nutrientes, con la excepción de las vitaminas liposolubles. Entre los fitoquímicos presentes en las patatas están las cumarinas y antoxantinas. Debe evitarse el consumo de patatas de color verdoso, ya que contienen glicoalcaloides tóxicos.
PBHF.
Tradición popular
El extracto de patata es recomendable para enfermedades del aparato digestivo como úlceras, gastritis, etc. La fécula, por otro lado, está indicada en flemones, llagas, quemaduras, erupciones, etc.
La patata está compuesta de un 75% de agua, un 15% de almidón, un 2% de proteínas y sólo un 0,1% de grasas. Contiene hidratos de carbono, potasio, calcio, hierro, magnesio, fósforo, fécula y una gran cantidad de vitamina C. También es rica en vitaminas del complejo B, B1, B6 y ácido pantoténico.
En contra de lo que piensa mucha gente, la patata es un alimento energético y plástico permitido a los diabéticos, a los obesos y favorece las funciones intestinales actuando como lastre. También se le considera un alimento antiulceroso y cicatrizante.
El extracto crudo está recomendado en los casos de dispepsias, gastritis, úlceras gástricas y duodenales, hepáticos y litiasis biliar, estreñimiento, hemorroides, glucosuria y diabetes florida. Este uso es debido a sus propiedades como diurético, emoliente, calmante de las mucosas digestivas y antiespasmódico.
La fécula, por sus efectos como tópico emoliente, está indicada en flemones, erisipela, quemaduras, llagas átonas, úlceras de piernas, erupciones y grietas.