Es conveniente almacenar las almendras a temperaturas entre 0 y 10ºC y humedad relativa baja. También controlando los niveles de oxígeno y dióxido de carbono se influye en la conservación.
Las variedades con cáscara dura que predominan en España, se pueden almacenar durante más tiempo que las de cáscara blanda sin peligro de enranciamiento. La temperatura óptima es de 0 a 10ºC y cuanto más baja sea, mejor se conservarán las almendras almacenadas. La humedad relativa óptima de almacenamiento dependerá de la humedad del producto. La almendra es un fruto seco con bajo contenido en agua por lo que se debe evitar la humedad. Además, controlando los niveles de los componentes de la atmósfera también puede influirse en la conservación del producto. Así pues, en
atmósfera controlada con concentraciones de oxígeno inferiores al 1% se retrasa el enranciamiento y otros síntomas de deterioro. Y las concentraciones de oxígeno por debajo del 0,5%, equilibrado con nitrógeno, y/o niveles de dióxido de carbono superiores al 80% en el aire pueden ser efectivos para controlar los insectos que atacan a los productos almacenados y pueden ser una alternativa a la fumigación química.
Para más información y recomendaciones para mantener la calidad poscosecha de las nueces y otros frutos secos se puede consultar la página Web de la Universidad de Davis (
http://postharvest.ucdavis.edu ).