Beneficios para la salud
El puerro aporta pocos nutrientes al organismo, siendo un alimento bajo en calorías. No obstante, aporta minerales y vitaminas y contiene un aceite esencial que favorece la digestión y limpia el estómago e intestino de hongos y bacterias. Además resulta beneficioso contra los catarros bronquiales.
El valor calórico de los puerros es muy bajo, ya que contienen sobre todo agua e hidratos de carbono. Contienen pequeñas cantidades de proteínas y apenas lípidos, por lo que son adecuados en dietas de adelgazamiento.
Son ricos en fibra, por lo que es un alimento saciante que presenta propiedades laxantes. El puerro posee un aceite esencial que facilita el proceso digestivo y estimula el apetito, además de resultar beneficioso en los catarros bronquiales.
El aceite de puerro contiene alicina, que es una sustancia sulfurosa que proporciona sabor y aroma, con importantes propiedades preventivas y curativas, limpiando el estómago y el intestino de bacterias y hongos.
Esta especie es rica en ácido fólico, necesario para el crecimiento de los tejidos y la formación de glóbulos blancos. También aporta al organismo potasio, hierro y vitaminas C y B6, además de magnesio, calcio, fósforo y vitamina A. El hierro es necesario para los glóbulos rojos y el magnesio para los nervios.
Tradición popular
El puerro es una hortaliza muy antigua que presenta múltiples efectos medicinales. Se usa como diurético y antiséptico y es adecuado para diversas dolencias renales, así como para problemas de artritis o reúma.
El puerro es conocido desde muy antiguo por el hombre y se le conocen muchas propiedades curativas. Se sabe que tiene efecto laxante, y que es un alimento diurético y antiséptico muy eficaz para artríticos y reumáticos. También es adecuado para aquellas personas que padecen cólicos, cálculos, retención de orina, insuficiencia renal e incluso arteriosclerosis.
Se puede emplear como vermífugo, mezclando raíces con leche. Para problemas de riñón se maceran en vino blanco. El caldo de puerros es un remedio muy antiguo para combatir los dolores reumáticos.
En uso externo se aplica contra forúnculos, contra la retención de orina y cistitis, para picaduras de insectos, contra las llagas y para rojeces y erupciones del rostro.