Manejo del ambiente de posrecolección
El litchi es un fruto que debe conservarse en frío, de lo contrario se estropea enseguida. Las condiciones adecuadas son 2ºC con una humedad del 90-95%. La conservación se mejora si se recubren los frutos con películas plásticas.
El litchi es un fruto muy sensible que en ausencia de refrigeración se deteriora rápidamente. En menos de 24 horas a 20-30ºC pierde su color y posteriormente se pudre, por lo que es importante conservarlo en frío hasta casi el momento de su consumo. Las condiciones adecuadas son de unos 2ºC con una humedad ambiental de entre el 90 y el 95%. Si se mantienen en bandejas recubiertas con película de plástico la conservación se alarga hasta las 4 semanas. Algunos países usan tratamientos con ácido sulfúrico o anhídrido sulfuroso para transportes largos, aunque cada vez hay mayor preocupación por los residuos de estos productos.
El uso de atmósferas controladas reduce el pardeamiento de la piel y la pérdida de sólidos solubles del fruto. Se recomienda una concentración de oxígeno y de dióxido de carbono del 3-5%.
Problemas de postrecolección
Entre los problemas durante la conservación que sufre el litchi están el pardeamiento de la piel, daños por frío, rotura de la piel o el deterioro de la pulpa. Entre las enfermedades se encuentran diversos hongos, como Alternaria o Aspegillus.
Los litchis pueden sufrir diversos problemas durante su almacenamiento, como alteraciones fisiológicas y enfermedades. Entre las primeras están:
Pardeamiento de la piel: la pérdida de agua del fruto produce la aparición de manchas marrones en la superficie del litchi. En condiciones de baja humedad las manchas crecen y cubren todo el fruto. Este problema se puede reducir recubriendo los envases que contienen los frutos con películas plásticas.
Daños por frío: los síntomas son similares al problema anterior, y se producen por temperaturas demasiado bajas.
Rotura de la piel: depende de la variedad y de la humedad durante el almacenamiento. Las grietas en la piel favorecen la entrada de patógenos.
Deterioro de la pulpa: en almacenamientos prolongados y frutos demasiado maduros aparecen problemas de ablandamiento y pérdida de turgencia de la pulpa, que además pierde sabor.
Entre las enfermedades están las producidas por los hongos Alternaria, Aspergillus, Botryodiplodia y Colletotrichum. Se pueden reducir los daños manteniendo los frutos en las condiciones adecuadas de humedad y temperatura.