Este fruto, considerado comúnmente una hortaliza, posee una excelente concentración de vitamina C. Cien gramos pueden aportar aproximadamente el 100% de la ingesta diaria recomendada, 60 mg/día. La vitamina C tiene una considerable capacidad antioxidante, y es por ello que brinda un efecto protector elevado contra el cáncer en general y los virus. Estudios epidemiológicos han indicado que el cáncer de estómago es menos frecuente en aquellos cuya dieta es rica en vitamina C.

A diferencia del pimiento verde, el pimiento rojo tiene una modesta concentración de carotenoides provitamina A, betacaroteno, luteína, zeaxantina y betacriptoxantina. Cien gramos de pimiento pueden aportar aproximadamente un 50% o más de la ingesta diaria recomendada de 1200-1500 µg equivalentes del retinol/día. La vitamina A es esencial para la vista, la diferenciación de los tejidos epiteliales y una respuesta inmunológica óptima.

El pimiento con sus muchos antioxidantes alarga la vida y es una hortaliza curativa importante.

El principal principio activo es la capsicina, que desde antiguo se utiliza como remedio de los trastornos circulatorios, así pues, los pimientos alivian las enfermedades venosas como son las varices y hemorroides. También fortalecen el corazón. La capsicina y los principios activos parecidos que se encuentran en las semillas y la carne del pimiento fortalecen, junto con la vitamina C, las defensas contra las infecciones. Por otro lado, alivian los trastornos gástricos y digestivos, ya que eliminan o reducen la colonización bacteriana de las mucosas.

Los pimientos ayudan a prevenir la migraña, mejoran la agudeza visual y mejoran la capacidad de concentración entre otros aspectos, resultando beneficiosos para la salud.