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Berenjena, Solanum melongena / Solanaceae
Manejo del ambiente de posrecolección
Las berenjenas son sensibles a los daños pro frío a temperaturas de 7 a 10ºC y los daños aumentan al aumentar el periodo de exposición. Las temperaturas superiores a éstas favorecen la pérdida de agua y el desarrollo de patógenos. Por tanto, la vida posrecolección de las berenjenas difícilmente supera las tres semanas. Así, para su conservación se deben mantener a temperaturas cercanas a los 10ºC y humedades relativas en torno al 85 y 90%. En cámaras frigoríficas a 4-5ºC se pueden conservar durante 10-12 días.
En frigoríficos, el ama de casa puede conservar los frutos recién recolectados unos 10-12 días a una temperatura que oscile entre los 5 y 8ºC.

La prerrefrigeración se practica poco y sólo cuando la temperatura de los lotes es alta, de unos 27ºC. El objetivo es lograr la pérdida de calor en las berenjenas hasta que éstas alcancen los 10-12ºC. El método más idóneo resulta la refrigeración por aire forzado.

Las atmósferas modificadas ofrecen poco beneficio para la conservación de la calidad de las berenjenas. Las concentraciones bajas de oxígeno retrasa por unos días su deterioro y el comienzo de las pudriciones. Toleran hasta el 10% de dióxido de carbono pero el incremento en la vida de almacenamiento no es superior al que se obtiene con concentraciones reducidas de oxígeno.
Distribución
La temperatura idónea para su conservación son 10-12ºC y una humedad relativa similar a la del almacenamiento, es decir, de 85-95%. Se deben evitar las cargas mixtas debido a la sensibilidad de esta especie al etileno. Las berenjenas reaccionan con el etileno producido por otras frutas y verduras próximas a ellas de manera que se ve acelerado su envejecimiento con la consecuente pérdida de frescura.
Problemas de postrecolección
Las berenjenas son sensibles a daños por frío a temperaturas inferiores a 10ºC. A 5ºC el daño se presenta en 6-8 días. Los síntomas que se presentan son picado, bronceado superficial y pardeamiento de las semillas y la pulpa. También es común el desarrollo acelerado de la pudrición por Alternaria spp. El daño por frío es acumulativo y puede iniciarse en el campo antes de la cosecha.

Los daños por congelación se inician a -0,8ºC, dependiendo del contenido de sólidos solubles. Los síntomas incluyen pulpa de apariencia vítrea, translúcida o acuosa que se vuelve parda y seca con el tiempo.

La deshidratación es otra alteración que sufren las berenjenas debida a la pérdida de agua provocada por una humedad relativa baja en el ambiente de conservación que provoca una pérdida de agua. Normalmente tiene lugar a través del cáliz y del pedúnculo. El fruto se arruga apareciendo estrías longitudinales en la piel.

Las berenjenas tienen una sensibilidad al etileno presente en el ambiente de moderada a alta. Cuando se les expone a más de 1 ppm de etileno la abscisión (caída, separación) del cáliz y el deterioro por pardeamiento puede constituir un problema.

El fruto no debe arrancarse sino cosecharse con un corte del tallo cerca del nivel del cáliz para evitar los daños físicos.

Las magulladuras y los daños por compresión son muy comunes cuando no se siguen las prácticas de manejo y cosecha recomendadas.

Las enfermedades son una causa importante de pérdidas poscosecha particularmente en combinación con el daño por frío. Los hongos fitopatógenos más comunes son Alternaria (pudrición por moho negro), Botrytis (pudrición por moho gris). Rhizopus (pudrición algodonosa) y la podredumbre causada por Phomopsis Rot.
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