La chirimoya no tiene colesterol, es baja en grasa y constituye una buena fuente de vitamina C. Esta vitamina es un buen ejemplo de compuesto que desarrolla más de una función. Participa en la síntesis del colágeno, intensifica la absorpción de hierro y es un potente antioxidante que protege a nuestras células de la oxidación.

La chirimoya también es una buena fuente de minerales. Éstos son nutrientes necesarios para los procesos metabólicos y también están presentes en los tejidos y órganos del cuerpo. Necesitamos una ingesta suficientemente alta de vitaminas y minerales que desarrollen funciones metabólicas y de otro tipo para estar en forma y disfrutar de una buena calidad de vida.

La chirimoya es útil en dietas de adelgazamiento y para personas con problemas de corazón, hígado o riñones. Además puede ayudar en casos de osteoporosis.

La chirimoya resulta útil para personas con problemas cardíacos, hepáticos o renales, debido a su alto contenido en agua y su bajo nivel de grasas.

También puede intervenir en dietas de adelgazamiento, ya que contiene pocas calorías, aunque sin olvidar que más que otras frutas carnosas. Además resulta de fácil digestión.

El fósforo y calcio que aporta son constituyentes de los huesos, por lo que resulta adecuada a cualquier edad y recomendable en casos de osteoporosis.