El dátil posee una excelente concentración de hierro. Cien gramos pueden aportar aproximadamente entre un 25 y 100% de la ingesta diaria recomendada para hombres de 10 mg/día y entre un 15 y 70% para mujeres de aproximadamente 15 mg/día. La carencia de hierro es frecuente en todo el mundo, pudiendo provocar anemia debido a una disminución de la producción de hemoglobina. El dátil también posee una buena concentración de folato, una vitamina del grupo B muy relacionada con la salud durante el embarazo. Aproximadamente 100 g de dátiles aportan entre un 20-35% de la ingesta diaria recomendada de folato de 0,2 mg/día. La carencia de folato puede causar anemia. Las reservas de folato en el cuerpo están relacionadas con la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Muchas de las propiedades curativas de los dátiles eran ya conocidas y aprovechadas en la antigüedad. Hoy en día se han confirmado dichas propiedades y se ha descubierto que gran parte de ellas se debe a la riqueza de celulosa y fructosa de estos frutos.

Los dátiles estimulan el apetito, resultando útiles en las afecciones intestinales y estomacales asociadas a la inapetencia. También se aconseja su consumo en alteraciones hepáticas y anemias, así como casos de estreñimiento, ya que actúan como laxante suave. Por su elevado valor nutritivo y energético, son buenos reconstituyentes.

En cambio, están contraindicados en caso de diabetes, obesidad y enfermedades gástricas que cursan con hiperclorhidria. Por su alto aporte de azúcares, un consumo frecuente de dátiles puede favorecer la aparición de caries dental y problemas en las encías. La presencia de tiramina puede provocar migrañas en algunas personas sensibles.

Los dátiles también tienen interés por la propiedad que tienen para ablandar las toses secas y combatir catarros de las vías respiratorias.