Beneficios para la salud
Las nueces maduras son ricas en aceite y proteínas, aunque tienen pocos carbohidratos. También son una buena fuente de vitamina E, la cual actúa como antioxidante y elimina los radicales libres del organismo. De este modo brinda protección contra algunos tipos de cáncer. La vitamina E también ayuda en la formación de glóbulos rojos, músculos y otros tejidos corporales.
En un importante proyecto de investigación se descubrió que la gente que consumía al menos 150 g de frutos secos por semana sufrían 1/3 de infartos menos que aquella que raramente o nunca los consume. Los frutos secos son ricos en grasas, aunque muchos de los ácidos grasos son no saturados. Los frutos secos forman parte de una dieta sana.
Tradición popular
Los griegos llamaban a la nuez, kara que significa cabeza, por su parecido con el cerebro humano, mientras que los romanos la consideraban alimento de los dioses.
El 90% de las grasas que contiene son insaturadas, sobre todo poliinsaturadas. Contiene ácidos esenciales como el Omega-3 que reduce el nivel de colesterol y mejora el sistema inmunológico, el Omega-6 que reduce el riesgo de arteriosclerosis y mejora la circulación.
Su riqueza en vitamina B1 y B6 favorece el buen funcionamiento de los músculos y el cerebro. Ya de antaño se consideraba su parecido con el cerebro.
Es mejor moderar su consumo debido al alto valor energético que tiene, hasta 688kcal/100g, sobre todo en casos de obesidad. Por el contrario, en casos de alimentación deficitaria, personas inapetentes o convalecientes, se aconseja incluir moderadamente las nueces en la dieta.
Al igual que el resto de los frutos secos oleaginosos, las nueces se pueden incluir en la dieta en casos de diabetes, pues producen un ligero efecto hipoglucemiante. Por su bajo contenido en sal, también pueden comerlas los hipertensos.
El aporte de los ácidos grasos linoleico y linolénico ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre.