El pepino es una hortaliza que con una baja capacidad de conservación, normalmente empieza a perder calidad a partir de los 14 días de almacenamiento. Suele conservarse a 95% de humedad relativa y entre 7 a 10ºC.
Los beneficios del frío no son iguales para todas las frutas u hortalizas, ciertos vegetales agradecen más que otros los efectos del frío. Sin embargo, un preenfriamiento es siempre conveniente, así los productos se benefician más rápido de las bajas temperaturas en las cámaras.
El pepino tiene una baja capacidad de conservación. Suele almacenarse por un periodo inferior a los 14 días ya que cuando el pepino ha pasado más de dos semanas almacenado, se incrementan las alteraciones fisiológicas. Pueden aparecer pudriciones o alteraciones del color.
En las cámaras frigoríficas se almacenan con unas temperaturas entre 7 a 10ºC y con humedades relativas del 95%. Una humedad excesivamente baja deshidrataría el producto a lo largo del almacenamiento y temperaturas inferiores a las indicadas provocarían daños por frió en pocos días.
El pepino es muy sensible al etileno, con concentraciones de 1-5ppm (partes por millón) se observa un amarillamiento y pudrición. Por tanto debe evitarse su almacenamiento con productos que desprendan mucho etileno. Plátanos, melones o tomates deben quedar excluidos del almacenamiento junto a pepinos.
Comercialmente no suele utilizarse la atmósfera controlada (AC) para la conservación de los pepinos. Esto se debe a que la duración de la conservación del pepino en estas condiciones, apenas se incrementa. De todas formas, una concentración del 3-5% de oxigeno logra retrasar la pudrición o el amarillamiento. El pepino tolera hasta un 10% de dióxido de carbono.
Pueden encontrarse algunas recomendaciones en la página web de la Universidad de Davis. (
http://postharvest.ucdavis.edu/producefacts/ )