Los albaricoques se presentan en tres tipos de envases fundamentalmente: cajas de hasta 5 kg de peso preparadas para la venta al libre servicio de la fruta, bandejas de poliestireno expandido; también de cartoncillo expandido o en envases llamados flow-pack.
Existen en el mercado distintos tipos de envases en los cuales podemos encontrarnos albaricoques. Los más comunes son bandejas o platós de cartón o madera en los cuales se disponen los albaricoques para venta a libre servicio. También son habituales las pequeñas cajas de 1 kg de peso disponibles para la venta directa.
Últimamente para facilitar la compra al consumidor y para evitar los posibles daños al fruto por manipulación, los albaricoques se disponen en bandejas de poliestireno expandido con plástico estirable. También resulta más atractivo al consumidor por lo que se mantienen las características organolépticas.
Entre las últimas tendencias de envasado de este tipo de frutas se encuentra en flow-pack, que no es más que una pequeña cestita de plástico transparente PVC en la cual se disponen los albaricoques. Este recipiente está envuelto en un plástico arrugable y también transparente con pequeños agujeros para facilitar la salida de los gases producidos debido a la respiración de la fruta. Estos envases suelen llevar una asa de plástico o material similar con la intención de facilitar al consumidor su manipulación. Es muy frecuente ver este tipo de envase en otras frutas como las ciruelas o las fresas.